El estudio prevé que para 2025 haya 6,3 millones de infectados adicionales.

El último estudio publicado por la Alianza Alto a la Tuberculosis (Stop TB), administrada por la ONU, advirtió que las restricciones de circulación derivadas de la pandemia de coronavirus empeorarán la situación de otras enfermedades.

De acuerdo con el informe, la cuarentena y la imposibilidad de mantener el distanciamiento social en zonas de bajos recursos ocasionarían 6,3 millones de infectados adicionales de tuberculosis y 1,4 millones más de muertos hasta 2025.

Estas cifras se desprenden del análisis centrado en India, Kenia y Ucrania, países que tienen una alta circulación de la enfermedad. En el país asiático, con cada mes que se tarde en retomar la normalidad de los servicios de atención de la tuberculosis habrá 40.685 muertes adicionales. En el africano serán 1.157 y 137 en territorio ucraniano. También se estima que a una cuarentena de tres meses le seguirán diez de restauración de la normalidad.

El covid-19 puede causar 300.000 muertes en África, incluso con medidas para frenar el brote

Tratamientos en pausa

Según recogió la agencia AP, a esta situación también contribuye la discontinuidad de los tratamientos como consecuencia de las restricciones de traslado y la derivación de recursos destinados a la tuberculosis que finalmente se utilizaron para el diagnóstico y el tratamiento del covid-19. 

“Llevará varios años para que la elevada carga de tuberculosis vuelva a los niveles precuarentena. Cuanto más grave sea la cuarentena, más grave será el impacto a largo plazo”, afirmó Nimalan Arinaminpathy, profesor asociado de epidemiología matemática en el Colegio Imperial de Londres (Reino Unido), que participó de la investigación junto con la organización Avenir Health, la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional.

Por eso, se estima que la cantidad de enfermos volverá a niveles de hace siete años. “El hecho de que hayamos retrocedido a cifras de 2013 y tengamos tanta gente muriendo para mí es repugnante”, expresó Lucica Ditiu, directora ejecutiva de Stop TB, quien lamentó que la agenda de la comunidad científica esté solamente centrada en la búsqueda de una vacuna contra el covid-19. “Nadie está hablando sobre vacunas para el VIH, la malaria o la tuberculosis”, concluyó.