La epidemia del coronavirus mantiene en alerta a los países latinoamericanos que aplican estrategias similares para evitar la propagación de la enfermedad.

En los aeropuertos hay controles especiales para pasajeros, especialmente los que arriban de China e Italia. Si se detecta a personas sospechosas de haber contraído el virus, se les aísla. Hay hospitales específicos para su atención. Los funcionarios de salud dan conferencias de prensa casi a diario. En las farmacias hay alta demanda de barbijos (mascarillas). Las bolsas locales se desploman por el impacto económico del virus. Los llamados a la tranquilidad por parte de las autoridades contrastan con el alarmismo de gran parte de los medios de comunicación.

Hasta ahora solo hay una confirmación de coronavirus en la región. Se trata de un empresario de 61 años que vive en São Paulo y que hace poco volvió de un viaje de un mes a Italia. El Ministerio de Salud reveló que ya son 20 los casos que están bajo estudio. La mayoría se refiere a personas que también estuvieron en el país europeo y en el que ya hay un saldo provisional de 14 personas muertas y 528 contagiadas.

El Mercado de Valores de Brasil reaccionó con una drástica caída del 7,0 %, en una tendencia negativa que se ha registrado en otras bolsas del resto del mundo.

A sabiendas de que el desplazamiento del virus era impredecible, a principios de febrero el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ya había sancionado una nueva ley de salud pública que establece medidas de aislamiento y cuarentena, exámenes y tratamientos médicos obligatorios, pruebas de laboratorio, recolección de muestras clínicas y vacunación, así como restricciones a la entrada y salida de personas del país.

En Argentina, el ministro de Salud Ginés González García ratificó los controles que se están realizando en los aeropuertos, en particular a los viajeros procedentes ahora de Italia, pero hizo un llamado a no caer en estado de pánico colectivo y recordó que ya se han atravesado situaciones parecidas, como cuando estalló la epidemia de H1N1.

“Estamos preparados para el coronavirus, pero que no creo que vaya a ser una pandemia en la Argentina. Me preocupa más la influenza“, dijo el funcionario.

Por otra parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió al permitir el desembarco del crucero MSC Meraviglia, que había sido rechazado en varios puertos del Caribe por temor a que sus pasajeros porten el virus.

“No podemos actuar de manera inhumana, dimos las instrucciones para que se haga una inspección y que se les permita arribar y estar. No podemos actuar con discriminación, se van a cumplir nada más con las normas sanitarias, pero no podemos cerrar nuestros puertos, ni cerrar nuestros aeropuertos, nada más cuidar las cuestión sanitaria”, advirtió.

En Colombia se reforzaron los controles después de que llegaran al país 16 colombianos que estaban en Wuhan, la ciudad china donde nació el virus que ya se expandió al resto del mundo. Aunque no fueron internados, el Ministerio de Salud les dará seguimiento para detectar si presentan síntomas de la enfermedad.

Más al sur, el ministro de Salud de Chile, Jaime Mañalich, reveló que están atendiendo a unas 260 personas con sospecha de coronavirus, que permanecerán aisladas en sus domicilios durante dos semanas y deberán usar mascarillas. Después de que se confirmó el caso de Brasil, agregó que las personas que arriben al país deberán llenar una declaración jurada para saber de dónde vienen y si presentan alguno de los síntomas del virus.

En Perú están bajo control cuatro personas que viajaron a China e Italia y que, al llegar a Lima, presentaron infecciones respiratorias. El director regional de Salud, Juan Cánepa, aclaró que es sólo una medida de control porque no son casos sospechosos ya que no tuvieron contacto directo con pacientes con diagnóstico confirmado de coronavirus.

La prevención también se incrementó en Ecuador, en donde esta semana se colocaron mesas especiales de información en los aeropuertos de Quito y Guayaquil, y se realizan revisiones aleatorias de los pasajeros, lo que ha generado críticas por parte de quienes consideran que todos deberían ser analizados, sin excepción. La ministra de Salud, Catalina Andramuño, ya anunció que, en caso de que se presenten, los casos de coronavirus se atenderán en un hospital preparado especialmente, que contará con 40 camas y terapia intensiva.

En Bolivia, Aníbal Cruz, ministro de Salud del autoproclamado gobierno de Jeanine Áñez, reportó la aplicación del protocolo a una persona que viajó a China y que al volver al país tenía tos y fiebre, síntomas del coronavirus, por lo que fue aislado, tal y como ya ocurrió en otros casos, cuyas muestras son enviadas al laboratorio del Centro Nacional de Enfermedades Tropicales ubicado en la ciudad de Santa Cruz.

Desde Uruguay, el Ministerio de Salud había considerado en un comunicado que el riesgo de que el virus llegara al país era “bajo”, pero luego llegó la confirmación de Brasil y se incrementaron los protocolos en un momento de transición política, ya que el próximo domingo asumirá como presidente Luis Alberto Lacalle Pou, y su gabinete de salud comenzará a trabajar en medio del riesgo del arribo de la epidemia.

Países vulnerables 

Al igual que el resto de los países de la región, Haití, Paraguay y Venezuela reforzaron los controles para prevenir el coronavirus, pero están en condiciones de mayor vulnerabilidad debido a la pobreza endémica de los dos primeros y el bloqueo de EE.UU. contra el tercero, que le ha impedido a la nación suramericana tener acceso a bienes como alimentos y medicinas, e incluso a los recursos provenientes de su renta petrolera para adquirir insumos de primera necesidad para la población.

En el aeropuerto internacional de Haití acondicionarán una sala para usarla en caso de que se necesite poner a pacientes en cuarentena, mientras que en Paraguay declararon una “alerta máxima” después de que el vecino Brasil confirmara un caso de coronavirus. El director de Vigilancia Sanitaria, Guillermo Sequera, elevó la preocupación al reconocer que “es cuestión de días, semanas o meses” para que llegue el virus, aunque la verdadera emergencia en este país es el dengue, que en lo que va del año ya mató a 16 personas.

Como efecto de las sanciones contra Venezuela y la crisis prolongada que han generado, las denuncias y quejas por el desabastecimiento de insumos en los hospitales son cotidianas. Sin embargo, el ministro de Salud, Carlos Alvarado, afirmó que la nación está en condiciones de enfrentar la emergencia epidemiológica y destacó que han logrado descartar el virus con análisis a casi un centenar de personas procedentes de China.

Los gobiernos centroamericanos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá se han abocado a cumplir con los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud, en particular con respecto al arribo de pasajeros que viajaron a los países en donde se han registrado más casos de coronavirus, misma decisión adoptada por los países del Caribe. Antigua y Barbuda, Bahamas, República Dominicana y Trinidad y Tobago también optaron por restringir los viajes desde y hacia China. El turismo en la región es uno de los primeros damnificados, ya que proliferan los cruceros que ahora son un foco de riesgo de contagio.

Cuba, por su parte, capacitó a trabajadores de salud y de turismo para reaccionar en caso de que sospechen de un caso. Desde que estalló la epidemia, todos los viajeros procedentes de China son revisados a través de un escáner y luego con termómetros digitales para detectar fiebre, pero hasta ahora no se han reportado casos sospechosos ni nadie ha quedado aislado.