Los Mochis, Sinaloa.- Desde los cinco años decidió ser médica cuando jugaba con sus muñecas y les inventaba alguna enfermedad que se empeñaba en aliviar, por lo que al crecer se fue perfilando a esta área y hoy es una gran doctora distinguida en Los Mochis.

Reyna Michelle Mexía Beltrán ha dedicado su vida a la medicina y a realizar su vocación con una gran sonrisa en su rostro a pesar de las adversidades y descubriendo cualquier patógeno en sus pacientes que pueda aliviar.

Señaló que un médico trabaja con personas, por lo que debe ser humano y sensible, así como aliviar y tratar adecuadamente al paciente. 

Experiencias
Mexía Beltrán relató que al terminar su carrera permaneció en un internado en un Hospital de Culiacán en el que vivió diversas experiencias inolvidables.  Una de ellas fue cuando una paciente con parto llegó al nosocomio y al dar a luz los doctores se percataron que la bebé tenía una malformación en el área pélvica con croaca y la tuvieron que operar de inmediato.

Después en otra guardia me tocó otro parto en el que la bebé tenía una hernia diafragmática, entonces todos sus órganos estaban mal y fue operada de urgencia. Me tocaron experiencias que parecían sacadas de un libro

Señaló que con su recorrido médico por el estado conoció las distintas enfermedades regionales de Sinaloa que le ayudaron para poder sanar a miles de pacientes. 
 

Mujer médica

Recordó que cuando estaba estudiando apenas incursionaban las mujeres en la medicina, por lo que diversas áreas estaban limitadas para las féminas; sin embargo, esto no limitó a Mexía Beltrán para seguir superándose.

“Ha subido mucho la cantidad de mujeres perfilándose para medicina. Cuando yo estudiaba  el internado no había mujeres urólogas ni traumatólogas, estaban vetadas, y ahora eres libre para decidir la especialidad y libertad que decidas; sin embargo, las oportunidades para escalar siguen frenadas, en ese sentido hay mucho trabajo por hacer”, indicó.

Adaptación
Mencionó que una doctora también es madre, esposa, hija, hermana, amiga y siempre se da el tiempo para poder estar con los seres queridos. “A mí no me ha limitado ser mujer para hacer eso. Una de las claves es la distribución del tiempo, trato de que mi familia disfrute junto conmigo, no me parto en mil pedazos al mismo tiempo”.

8 de marzo, un día normal
Mencionó que el Día de la Mujer es un día normal como cualquier otro para ella y aunque apoya el movimiento de las mujeres que realizarán un paro el 9 de marzo, rechaza el trasfondo que pudiera tener estas actividades.

Respeto esas cuestiones, cada quien es libre de decidir. En mi caso yo seguiré trabajando, es un día normal. Más que festejar es tratar de que la mujer rescate ese lugar, pero nunca seremos iguales que los hombres, sino que debemos ser complementarios