Johan Giesecke prevé que todos los países terminarán en una posición similar de contagios sin importar las medidas elegidas y califica de “inútiles” todos los intentos de detener el brote.

Johan Giesecke, un importante epidemiólogo de Suecia, asegura que la estrategia de bloqueo adoptada en otros países para luchar contra el coronavirus retrasa su propagación, pero no la previene.

Giesecke prevé que todos los países terminarán en una posición similar de contagios sin importar las medidas elegidas y califica de “inútiles” todos los intentos de detener el brote. “Hay muy poco que podamos hacer para evitar esta propagación: un bloqueo puede retrasar los casos graves por un tiempo, pero una vez que se alivien las restricciones los casos volverán a aparecer”, escribió esta semana en un artículo para la revista médica británica The Lancet.

En su opinión, el virus se extiende “como un incendio forestal” y tarde o temprano “todos estarán expuestos” y “la mayoría se infectarán” antes de la llegada de un tratamiento efectivo. 

“Calculo que, cuando contemos el número de muertes por covid-19 en cada país dentro de un año a partir de ahora, las cifras serán similares, independientemente de las medidas tomadas”, manifestó este doctor, quien de 2005 a 2014 fue científico jefe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades.

¿Es eficaz la estrategia de Suecia contra el coronavirus de no imponer una cuarentena obligatoria?

Giesecke no descarta que las medidas para aplanar la curva de contagios puedan ser beneficiosas, pero reitera que un bloqueo “solo empuja los casos graves hacia el futuro” y no los evitará, aunque es consciente de que las cuarentenas buscan evitar una “sobrecarga” en los sistemas de salud. Asimismo, encuentra probable que se desarrollen, prueben y comercialicen medicamentos efectivos, pero piensa que no hay que poner “mucha esperanza” en las vacunas.

“Tomarán tiempo; y con una respuesta inmunológica protectora ante la infección poco clara, no es seguro que las vacunas sean muy efectivas“, argumenta.

Con esta posición, Giesecke defiende la estrategia implementada en Suecia para alcanzar la inmunidad colectiva, que no prevé cuarentenas obligatorias ni cierre de la mayoría de negocios, pese a que ya se registran 25.265 casos de covid-19 y 3.175 fallecimientos, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins.

En comparación con Dinamarca, Noruega y Finlandia, la nación nórdica presenta cifras de contagio y muertes significativamente más altas. En declaraciones recientes al diario local Dagens Nyheter, Giesecke predice que dentro de un año esos tres países “estarán en la carrera por el número de muertos”.

Finalmente, el científico subraya que, aunque el número de muertos en Suecia ha superado el de sus vecinos, sigue siendo “menor que en el Reino Unido, España y Bélgica”. En este contexto, afirma que eso demuestra que el encierro no ha logrado “proteger a los adultos mayores y frágiles” ni disminuir la mortalidad.

“Nuestra tarea más importante no es detener la propagación, que es inútil, sino concentrarnos en dar a las desafortunadas víctimas atención óptima”, concluye.