MARCO ANTONIO ADAME CASTILLO

Finalmente se ha decretado la fase dos del covid-19 en México. Dentro de las medidas anunciadas están la suspensión de clases hasta el 19 de abril; suspender las reuniones de más de 100 personas; suspender actividades laborales que impliquen la movilización de personas; y continuar con las medidas de higiene. 

Ante la inacción del gobierno federal y a su irresponsabilidad de continuar con las giras presidenciales o a las invitaciones del presidente para salir a las calles; fue necesario que la Organización Mundial de la Salud declarara antes que el gobierno federal la fase dos en México para que éste reaccionara. 

El presidente presume que “fuimos los primeros en el mundo en atender, todos los días este riesgo para la salud pública” informando desde antes de las fases complicadas. Pero una cosa es el discurso y otra son los hechos. 

En Alemania, donde la tasa de mortalidad ha sido baja (0.4%), el gobierno convocó a un comité de vigilancia el 6 de enero siendo que el primer caso de la enfermedad llegó a este país 21 días después (el 27 de enero). En cambio, en México se convocó al Consejo de Salubridad General el 19 de marzo cuando el primer caso del covid-19 había sido registrado el mes anterior (el 27 de febrero). 

Y mientras que el subsecretario de salud mexicano minimizaba la necesidad de las pruebas de detección, afirmando que no estaban “relacionadas con la efectividad de las intervenciones”. En Corea del Sur y Alemania, países ejemplos de contención, la estrategia se basó en la realización de las pruebas. Corea del Sur hasta el 20 de marzo había realizado 316,664 y Alemania al 15 de marzo 167,000. 

Y si nos comparamos con Italia y España, donde el covid-19 ha hecho un gran daño, el escenario no es positivo. Tal como lo expusieron Julio Frenk, Octavio Gómez y Rafael Lozano en un artículo reciente; Italia y España cuentan con 12 y 10 camas de atención crítica por cada 100 mil habitantes, respectivamente, mientras que México sólo cuenta con cuatro.

Y uno de los factores que detonan la mortalidad del covid-19, como es la diabetes en mayores de 20 años, en México es del 16% mientras que el promedio de los países de la OCDE es del 7%. Es por ello que la lentitud del gobierno mexicano para actuar cae en el ámbito de la temeridad. 

Ante el rezago en la cobertura médica nacional, es indispensable proteger a los trabajadores de la salud. Aprendamos de la experiencia de España donde las unidades de cuidados intensivos están desbordadas y del total de infectados un 12% son trabajadores de salud. El gobierno debe garantizar que no falten insumos como mascarillas de alta eficacia, guantes y batas desechables. Sin olvidar la necesaria compra de respiradores

Otro ámbito que también sufrirá a causa de la pandemia es el económico. Según Bank of América la economía mexicana caerá hasta un 4.5%, Citibanamex calcula una caída de 2.6% y JP Morgan de 1.8%. Uno de los agravantes de este problema es la desconfianza que ha generado el presidente con acciones como la cancelación del aeropuerto o la reciente cancelación de la planta de la cervecera de Constellation Brands. 

Ante los graves efectos para la economía familiar y nacional que traerá el covid-19, el Partido Acción Nacional ha propuesto medidas sociales y económicas para hacer frente a esta situación, entre otras: que el gobierno instale una “Comisión de Emergencia Económica” integrada de forma plural por legisladores, gobernadores y representantes del sector económico, para planear las medidas que deben realizarse. 

A su vez, que se implemente un plan público de infraestructura con un incremento de 500 mil millones de pesos en este rubro, a fin de movilizar la economía e inyectar liquidez. Pero la inversión debe centrarse en proyectos viables, no como la refinería de Dos Bocas que solamente traerá pérdidas. 

Debe establecerse un programa contracíclico y facilidades crediticias para las micro, pequeñas y medianas empresas a fin de asegurar su liquidez en el corto plazo. También es necesario que se posponga hasta por tres meses la presentación de las declaraciones anuales de impuestos; y que se suspenda el pago del ISR, de las cuotas del IMSS y del INFONAVIT

Así mismo, deben implementarse programas de apoyo a personas en la economía informal; un seguro de desempleo de abril a septiembre; y el apoyo a personas físicas con actividad empresarial. Así como apoyos al campo y al turismo mediante créditos con tasas de interés bajas. 

Tan sólo como ejemplo, en Francia el gobierno ha anunciado que destinarán 300,000 millones de euros para salvar a las empresas; que el Estado asumirá el pago de los créditos bancarios contraídos; y que se suspenderá el pago de cotizaciones sociales, de impuestos, agua, luz y gas

Es momento de estar unidos y de la corresponsabilidad de todos los mexicanos. Debemos asumir con seriedad las medidas de contención ya que aunque para algunos la enfermedad no pueda ser grave, para otros ésta puede ser fatal

También es momento de que aflore la solidaridad que nos caracteriza. Es un hecho que el impacto económico no será igual para todos. Medidas como las que están implementando algunos supermercados para apoyar a los adultos mayores empacadores son positivas y debemos seguir su ejemplo. Veamos la forma de apoyar a los sectores más afectados. 

Y finalmente no dejemos de ayudar durante todo este tiempo a los mayores de edad y a quienes sufren de alguna enfermedad grave, quienes serán más vulnerables durante este periodo.