Desde hace años Marimar Guerra, especialista en medicina genómica y directora de la clínica Medae en Polanco, se interesó en el uso del ADN para entender los riesgos de ciertas enfermedades y en la medicina de prevención; sus conocimientos los llevo, sí al área de la salud, pero sobre todo a favor de la belleza, buscado generar conciencia en la población mexicana.

“Si usamos medicina de prevención, los números de muchos padecimientos van a cambiar, tan solo en obesidad… pero en México no logramos entender que la medicina real está en la prevención. El mexicano no previene, reacciona y hoy prevenir es más importante, porque reaccionar es más caro y letal”, dijo la doctora en visita a las instalaciones de MILENIO.

Y añadió: “Es importantísimo cuando el paciente deja de estar dentro de protocolos estandarizados y lo tomamos de un punto de vista personalizado; como lo del coronavirus ahorita, se toma como A, B y C, pero no, no somos así, se deben tomar decisiones en base de los pacientes y su ADN. La medicina genómica tiene muchas herramientas a su alrededor, una es la farmacogenómica, con la que podemos trabajar prácticamente en cualquier área médica”.

Por ejemplo, es gracias a estos procesos que pueden determinar el riesgo a una trombosis durante una cirugía plástica; además de conocer de manera precisa cómo debe aplicarse la analgesia y anestesia. También se puede saber qué vitaminas procesa una persona, cómo y en qué cantidad, para recetarla adecuadamente. En la parte del envejecimiento logran saber cómo funcionan las células y qué tratamientos necesitan.

“Los tratamientos estéticos no son algo superfluo, te garantizo que no puedes ver una paciente bella por fuera si no es bella por dentro: si está desvitalizada en minerales por más mascarillas en la piel, no se va a notar; un desorden de hormonas saca granos y vello a cualquier edad; todos lo sentimos, tantito mal y se cae el cabello”.

En su clínica trabaja distintos niveles: el interior, con pruebas de nutrigenómica y  farmacogenómica, para incluso tratar enfermedades; el facial, buscando que las células trabajen a favor y no en contra con el fin de tener un envejecimiento “orgánico, bonito y elegante”; el corporal, estableciendo la correcta alimentación y ejercicio, y el capilar que tiene que ver con la recuperación del cabello.

“Antes había menos daños, el cuidado de la piel es importantísimo, la mancha que te sale a los 30 años la provocaste a los 10. Mientras más prevención tienes mucho mejor envejecimiento”, sostuvo.