Ciudad de México. A medida que embiste la incertidumbre financiera con el avance del coronavirus Covid-19 el país con mayor riesgo por sus altos niveles de deuda en moneda foránea es Argentina, pero le sigue México, exhibe un documento del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). En un entorno donde la deuda corporativa ya advertía riesgos para el sistema financiero, el brote sanitario ha resultado en un “catalizador” para el deterioro, explica.

Si bien, México no es el país con el mayor monto de deuda en euros y dólares como proporción del producto interno bruto (PIB) –por arriba se cuentan Turquía, Chile, Hungría, República Checa e Israel- el valor de la moneda mexicana sí implica riesgo a medida que aumenta la incertidumbre.

El Covid-19 no se cuenta como punto de arranque sino como un “catalizador” en un sistema financiero global presionado por la deuda corporativa que alcanza el 93 por ciento del PIB mundial, muy por arriba del 75 por ciento que acumuló en 2008, previo al estallido de la crisis financiera mundial. Pese a la baja generalizada en tasa de interés para inyectar liquidez por parte de bancos centrales, la asociación mundial de la industria financiera recalca que “la tendencia de los activos de riesgo sugiere que estas medidas no se consideran suficientes”.

El IIF abunda, no sólo para México, que “dada la importancia de las empresas estatales en el sector corporativo, la interrupción económica prolongada por COVID-19 también podría acelerar la acumulación de deuda impulsada por las empresas estatales”. En el sector energético se estima un “alto riesgo de incumplimiento” por la baja en el precio internacional del petróleo.

En este entorno, las presiones en el gasto han incrementado para el país. La semana pasada, a medida que el peso perdió casi 9 por ciento de su valor por la especulación instigada por la declaración de pandemia y el incremento de los casos identificados en el país, la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública (SHCP) aseguró que cuenta con dinero suficiente para hacer frente a la enfermedad.

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 prevé 226 mil 489 millones en el rubro de la salud, no más del uno por ciento del PIB y sólo 5.1 por ciento del gasto programable. No obstante, cifras oficiales muestran que el principal Fondo para emergencias sanitarias (Fideicomiso del Sistema de Protección Social) incrementó sus recursos disponibles en 12 mil 992 millones de pesos durante el último año, pero 37 por ciento de los 105 mil 873 millones que lo comprenden se comprometieron desde 2019 al Instituto de Salud Para el Bienestar (Insabi).

Los fondos gubernamentales tienen diferentes objetivos, sólo ocho tienen una vinculación parcial o directa con la salud; y aún cuando se utilizaron los 740 mil 572 millones de pesos que hay en todos los recursos financieros del gobierno federal, éstos representan sólo 3 por ciento del PIB, la recomendación mínima de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 6.3 por ciento, sin considerar una emergencia.