Salvo que este viernes se registre una ola masiva de compras que catapulten a las bolsas de valores del mundo, estas se encuentran a punto de reportar su peor semana desde la crisis financiera de 2008, debido al impacto que la crisis generada por la propagación del coronavirus con origen en China ha desatado a en todo el planeta. Las expectativas de crecimiento empiezan a reducirse y los mercados de valores acusaron el golpe de inmediato. Sigue aquí la evolución de los principales índices del mundo.

Ayer jueves fue una muestra clara del grado de incertidumbre que existe en los mercados; algunos analistas habían vaticinado que una crisis proveniente de China derrumbaría a las bolsas, en lo que se equivocaron fue en el tipo de crisis porque no fue económica sino sanitaria, igualmente los efectos han sido devastadores.

Así, este jueves el índice industrial Dow Jones (^DJI) se desplomó 4.42 por ciento, equivalente a 1,190.95 puntos; se trata de la mayor caída en puntos para un sólo día de este indicador en su historia, algo que ha puesto a reflexionar al mercado sobre dónde se encuentra el piso porque resulta que los balances de seis días de pérdidas son igualmente desoladores.

Seis días. Eso es todo lo que le tomó al S&P 500 (^GSPC) caer más de 10%, de un récord a una corrección, destacan en Bloomberg. Ese es el cambio más rápido de ese tipo, según datos de Deutsche Bank Global Research. El S&P 500 cayó 4,4% el jueves, su peor día desde 2011, con lo que el descenso total desde el máximo del 19 de febrero es ahora de 12%.

Tras el derrumbe el jueves de Wall Street, los mercados asiáticos también cayeron duro el viernes (-3,67% para Tokio y 3,71% en Shanghái) y las plazas europeas se mueven hoy con fuertes pérdidas, superiores al 3,5%.

Con ello, “se borra la casi totalidad del movimiento alcista desde el verano (boreal) pasado, y ello en solo una semana”, destaca en una nota Tangi Le Liboux, estratega de Aurel BGC, según informan en AFP.

El coronavirus podría infectar a la economía real

Lo que está en el fondo de la caída de Wall Street y de todos los mercados de valores en general es el creciente temor de que el COVID-19 sí podría impactar de lleno en la economía mundial, especialmente en las dos grandes potencias globales: China y Estados Unidos.

Dichos temores no son una especulación, voces autorizadas de casas de análisis y grandes instituciones financieras empiezan a reportar escenarios nada favorecedores. Este jueves dos de los grandes bancos de inversión de la Gran Manzana pusieron sobre la mesa sus primeras estimaciones.

Bank of América indicó que, debido a la crisis del coronavirus, habría una caída permanente de la actividad económica global, por tal razón anticipó un crecimiento cercano al cero por ciento en el primer semestre del año. Además, rebajó las previsiones de crecimiento mundial para 2020 al 2.8 por ciento frente al 3.1 por ciento previsto inicialmente. De confirmarse dichas cifras, sería la peor expansión del crecimiento mundial desde el fin de la crisis financiera.

Por su parte, Goldman Sachs va más allá y estima que el crecimiento operativo de las empresas en Estados Unidos será de cero, por culpa del COVID-19. La previsión refleja un derrumbe total si llega a confirmarse porque a finales del año pasado el consenso del mercado estimaba un crecimiento del 7 por ciento para este 2020 en dicho indicador.

En otras palabras, existe el riesgo de que el COVID-19 infecte a la economía real, esos son los temores que han comprado los mercados y que se reflejan en el desplome de las bolsas de valores registrado durante esta semana, y en la racha negativa de seis días que ya acumulan.

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Un broker observa las caídas en la New York Stock Exchange. (Foto: Scott Heins/Getty Images)Un broker observa las caídas en la New York Stock Exchange. (Foto: Scott Heins/Getty Images)

Un broker observa las caídas en la New York Stock Exchange. (Foto: Scott Heins/Getty Images)

El desplome en cifras

En seis días de pérdidas, las bolsas de valores de Wall Street acumulan una corrección superior al 10 por ciento; se trata del ajuste más grave desde septiembre de 2008, poco antes de que se declarara la quiebra de Lehman Brothers y se desatara la crisis que derivó en recesión global. Si bien la intención no es acrecentar los temores en vano, esta crisis actual y la forma en la que reaccionan los mercados, empieza a generar preocupaciones que obligan a revisar lo que sucedió en esos años.

Por lo pronto, el Índice Industrial Dow Jones acumula ya una caída de 12.20 por ciento en seis días de registro negativo, durante esta semana que está por concluir su retroceso es de 11.12 por ciento.

El Nasdaq, indicador en donde cotizan las acciones del sector tecnológico, reporta un ajuste a la baja de 12.73 por ciento en seis días de pérdidas, y de 10.54 por ciento en lo que va de la semana. El S&P500, que muchos consideran el indicador más amplio del mercado, tiene un desplome de 12.03 por ciento en la racha negativa que ya acumula seis días, mientras que su saldo negativo para esta semana es de 10.75 por ciento.

En México, las consecuencias no se han hecho esperar y pese a que los ajustes bursátiles no son tan profundos como en Nueva York, la tendencia negativa es un hecho. El indicador más visible del mercado accionario nacional, el IPC (^MXX), reporta un descalabro de 7.33 por ciento en seis días y de 7.13 por ciento durante la semana.

El peso ha perdido un poco la fortaleza que lo caracterizaba y empieza a consolidarse en la banda de los 19 pesos por dólar con clara trayectoria de depreciación. Durante la semana la divisa mexicana se ha depreciado 2.73 por ciento, pero en la racha negativa que registran las bolsas de valores del mundo el ajuste cambiario en México es de 4.36 por ciento.

¿Hacia dónde van los mercados?

Quizás la pregunta sería ociosa y, claro, imposible de contestar como casi siempre. Además, claramente los indicadores financieros están en un canal negativo del que no se sabe cuándo saldrán. Pero vale la pena señalar que los gobiernos del mundo empiezan a diseñar medidas de contención o de mitigación en la propagación del virus, con la intención de disminuir sus impactos en la economía real.

Asimismo, los participantes de los mercados están muy atentos porque saben que falta que hablen otros importantes protagonistas en el desempeño económico, nada más y nada menos que los bancos centrales, especialmente los de naciones y regiones altamente industrializadas como la Fed de Estados Unidos, el BCE de la Unión Europea y el Banco de Japón. Mientras tanto, es un hecho que podría seguir la corrección en bolsas, divisas y materias primas como el petróleo, la disminución de la actividad económica provocada por el coronavirus COVID-19, exacerbó el ya de por sí gran problema mundial de bajo crecimiento.